COMENTARIO DE TEXTO DE PLATÓN RESUELTO (III)
-Debemos considerar entonces, si esto es verdad, que la educación no es como la proclaman algunos. Afirman que, cuando la ciencia no está en el alma, ellos la ponen, como si se pusiera la vista en ojos ciegos.
-Afirman eso, en efecto.
-Pues bien, el presente argumento indica que en el alma de cada uno hay el poder de aprender y el órgano para ello, y que, así como el ojo no puede volverse hacia la luz y dejar las tinieblas si no gira todo el cuerpo, del mismo modo hay que volverse desde lo que tiene génesis con toda el alma, hasta que llegue a ser capaz de soportar la contemplación de lo que es, y lo más luminoso de lo que es, que es lo que llamamos el Bien. ¿No es así?
PLATÓN, República, libro VII, Gredos.
PROPUESTA DE RESPUESTA:
El presente fragmento pertenece al libro VII de “La República” de Platón, en concreto a la conocida como alegoría de la caverna. En este diálogo, que pertenece a la etapa de madurez del autor, se hace una exposición de la teoría de las ideas y sus implicaciones pedagógicas y políticas.
El problema analizado por Platón en este texto es la naturaleza de la verdadera educación. Para ello, en primer lugar, se distancia críticamente del modelo educativo de los sofistas (“algunos”). Este modelo se basaba en la transmisión de los conocimientos del sabio al alumno y se fundamentaba en puntos de vista relativistas y subjetivistas que podían conducir al escepticismo, esto es, la negación de la posibilidad del conocimiento de la verdad.
La perspectiva de Platón es opuesta. A partir de la mayéutica de su maestro Sócrates, afirma que el conocimiento brota del propio individuo, de manera que educar sería guiar en ese proceso de descubrimiento de la verdad. La verdad existe de forma objetiva, como existe también un conocimiento verdadero y universal. Este conocimiento se dirige hacia las ideas.
Platón, en su dualismo ontológico, considera la existencia de dos mundos. El mundo sensible (“lo que tiene génesis”) que es sede de los objetos físicos y naturales, que concibe como copias imperfectas de las ideas, y el mundo inteligible donde se encuentran jerarquizadas las ideas. Las ideas son más que meros conceptos: son la auténtica realidad y el objeto del verdadero conocimiento (la ciencia/episteme). El conocimiento del mundo sensible será un conocimiento de las apariencias (opinión/doxa).
Para la pedagogía platónica es fundamental atender a su antropología. De nuevo, se establece un dualismo que considera que el ser humano es un compuesto accidental de cuerpo y alma, siendo esta última la parte vinculada al conocimiento y a las ideas. El alma tiene el “poder de aprender” y el “órgano para ello”: la parte racional del alma. Esta parte es la eterna y pura y permite el proceso de conocimiento además de ser la que debe controlar a las otras dos partes impuras (volitiva y apetitiva).
De acuerdo con el texto, la educación debe permitir dirigir el alma desde lo sensible y las apariencias a lo inteligible (auténtica realidad). En ese proceso (dialéctica) se ha de avanzar hasta alcanzar la idea suprema (“el Bien”) que es la fuente de toda verdad, justicia, belleza y realidad.
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